Que buen recuerdo me trae a la cabeza la escalera del omnibus!!!
Me estaba yendo de vacaciones con dos amigos, pero como habíamos sacado los pasajes un día antes nos habían tocado asientos todos dispersos. A mi me tocó arriba, justo en el primer asiento que queda subiendo la escalera, atrás de la cafetera/juguera que suele estar ubicada ahí. Apenas subo y volteo la cabeza para ver mi asiento (que tenía que estar del lado del pasillo) veo a una morocha de tez blanca PRECIOSA PRECIOSA PRECIOSA sentada del lado de la ventanilla. La saludo y me siento. Ella me respondió el saludo con una sonrisa.
Obviamente era una situación bastante complicada para hablarle, podía estar el novio cerca o su familia, pero más allá de eso el principal problema era cómo romper el hielo. No me acuerdo qué pelotudés le habré dicho antes de que el micro arrancara como para ver si lograba algo. Pasados unos minutos luego de arrancar el micro casi que me resigné y saqué el mp3 para ponerme a escuchar música. Muy lentamente fui poniéndome un auricular mientras pensaba "hablame, hablame, hablame, hablame" y justo en ese momento me preguntó "te puedo sacar el diario?" (lo había dejado al lado de la cafetera a propósito) "sí, como no, no hay nada interesante igual jajaj" respondí.
El resto ya corrió por cuenta mía, pero lo anecdótico es que terminamos apretando todo el viaje hasta Villa Gesell.
Y sí, tal como decís vos: "Dejarnos sorprender es lo mejor" :)
Datos anecdóticos extras: - Nunca más la volví a ver. - El novio la estaba esperando en la terminal de Gesell. - La esposa del mejor amigo del novio viajó dos asientos más adelante que nosotros.
Pregunta
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Si el sentido de la política es la libertad, es en este espacio -y no en
ningún otro- donde tenemos el derecho a esperar milagros. No porque creamos
en e...
El espejo que te mira…. ¿y vos me miras a mi?.... ¿Quién soy?... Comencemos por el origen: Yo soy patagónica porteña por elección y turista empedernida Así como les cuento de mis dos lugares también tengo dos formas de ser: Una, con maquillaje, ese personaje que estudia, trabaja, sale con amigos, habla sin parar y el otro el personaje, el número 2 es el que me toca construir acá, quizá el más difícil, adonde no me puedo hacer la sorda o distraída como comúnmente me conocen. Es otra puerta más para descubrir, no hablo simplemente un disfraz y un maquillaje totalmente descolgado, sino el papel que me toque ser, o quizá, redoblo la apuesta: quien descubra ser.
4 comentarios:
Always....simepre y cuando sea una sorpresa para bien...las sorpresas para mal son muy desagradables...
que caripela de alegria, subiendo por la pasarella (daniel) de un micro de larga distancia!
anecdota de viaje!!!!!
buena semana!
abrazo!
Que buen recuerdo me trae a la cabeza la escalera del omnibus!!!
Me estaba yendo de vacaciones con dos amigos, pero como habíamos sacado los pasajes un día antes nos habían tocado asientos todos dispersos. A mi me tocó arriba, justo en el primer asiento que queda subiendo la escalera, atrás de la cafetera/juguera que suele estar ubicada ahí.
Apenas subo y volteo la cabeza para ver mi asiento (que tenía que estar del lado del pasillo) veo a una morocha de tez blanca PRECIOSA PRECIOSA PRECIOSA sentada del lado de la ventanilla. La saludo y me siento. Ella me respondió el saludo con una sonrisa.
Obviamente era una situación bastante complicada para hablarle, podía estar el novio cerca o su familia, pero más allá de eso el principal problema era cómo romper el hielo. No me acuerdo qué pelotudés le habré dicho antes de que el micro arrancara como para ver si lograba algo. Pasados unos minutos luego de arrancar el micro casi que me resigné y saqué el mp3 para ponerme a escuchar música. Muy lentamente fui poniéndome un auricular mientras pensaba "hablame, hablame, hablame, hablame" y justo en ese momento me preguntó "te puedo sacar el diario?" (lo había dejado al lado de la cafetera a propósito) "sí, como no, no hay nada interesante igual jajaj" respondí.
El resto ya corrió por cuenta mía, pero lo anecdótico es que terminamos apretando todo el viaje hasta Villa Gesell.
Y sí, tal como decís vos: "Dejarnos sorprender es lo mejor" :)
Datos anecdóticos extras:
- Nunca más la volví a ver.
- El novio la estaba esperando en la terminal de Gesell.
- La esposa del mejor amigo del novio viajó dos asientos más adelante que nosotros.
Lo mejor de dejarse sorpreder constantemente es que uno nunca se aburre.
jlg
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